domingo, 6 de septiembre de 2015

Lo que se pide, lo que se ofrece y lo que se espera
“I have nothing to offer but
blood, toil, tears and sweat
                                                                                                                               Winston Churchill, 1940

Por: Santiago José Castro Agudelo
En estos próximos dos meses se verá de todo a lo largo y ancho de la geografía nacional. Vallas, pasa calles, afiches, folletos, reuniones con algunas personas, reuniones masivas, caravanas, fiestas y discursos políticos de todo tipo. Lo que no se verá serán las tulas con efectivo, los acuerdos por debajo de la mesa, todo lo que para algunos es oscuro de la política y que hoy en el mundo parece definirla. Lo grave del asunto es que hemos interiorizado el asunto como algo normal, algo contra lo que no podemos hacer nada.

Hace poco volví a escuchar una frase que ya me tiene jarto y que me motiva a seguir denunciando la corrupción donde quiera que esté: “robó pero por lo menos se ven las obras” ¿Algo más absurdo? ¡Eso es como agradecer al atracador por dejarnos dos mil pesos para poder tomar una buseta y volver a la casa! Los más triste, lo que más duele del asunto, es que hoy en el mundo esa, que es una actitud frente a la política, se asume como legítima. Es el mundo al revés. La democracia parece haber quedado relegada a un asunto para las aulas de quienes estudian la política. A lo mejor por eso prohibieron el estudio de la Ciencia Política en Uzbekistan y estoy seguro que más de un candidato ve en el Presidente Islam Karimov un tipo ideal de gobernante. Hablar de democracia e inclusión para ganar la elección y hacer lo que le venga en gana.

¿Será entonces mejor reconocer y admirar a Turbay Ayala cuando sugería que en Colombia había que “llevar la corrupción a sus justas proporciones”? ¿Será que en este país la corrupción y el clientelismo definitivamente, como lo han sugerido muchos, son los dos elementos que logran que el sistema funcione? ¿Qué mensaje les enviamos a las nuevas generaciones, especialmente a quienes quieren “hacer política”?

Hace poco, en una reunión con un grupo de jóvenes que se ha conformado en el Tolima, cuyo lema es “leer juntos para pensar el Tolima”, expuse mi posición al respecto: cero tolerancia con el clientelismo y cero tolerancia con la corrupción. Uno de los presentes, con toda sinceridad, expresó lo siguiente: “Doctor, yo pienso igual que usted, pero el problema es que con ese discurso no se consiguen votos y eso en una democracia es lo que necesitamos”. En un primer momento asentí desarmado, como quien ha leído alguna cosa, vivido alguna otra, y sabe que puede ser así.

De regreso a las aulas, en uno de los pasillos de la universidad, al comentar la anécdota con un colega, me recordó las palabras de la gran oferta que en su momento hiciera Winston Churchill a quienes invitaba a hacer parte del nuevo gobierno Británico en 1940: “No tengo nada que ofrecer, solo sangre, trabajo duro, lágrimas y sudor”. Churchill motivó a un pueblo entero y derroto al fascismo que parecía invencible.

¿Qué se pide, qué se ofrece y qué se espera de la política colombiana?