lunes, 9 de enero de 2012

Dónde está el Partido Conservador?
Por: Santiago Castro

Después de un semestre de silencio en este espacio, he dicidido continuar la reflexión que desde hace algún tiempo algunos hemos venido haciendo sobre lo que está pasando con el Partido Conservador, pues no tiene sentido que uno de los dos partidos históricos de Colombia se encuentre en una situación de desprestigio tal, que a muchos conservadores les de pena presentarse como tales y prefieran alegar que son "conservadores de ideas" pero no de partido. 
Si bien es cierto  Álvaro Gómez afirmaba que en Colombia había más conservatismo que Partido Conservador, lo hacía en aras de generar un ambiente propicio para un movimiento de salvación nacional en momentos de crisis cuando, por ejemplo, en entrevista con el Noticiero 24 horas el 30 de octubre de 1995 insistía en que el Partido Conservador se dedicó "a no opinar, a no decir, a no defender las tesis conservadoras (...) esas tesis pues nadie las está diciendo por miedo a que no les den puestos" en pleno escándalo del 8000. Sin embargo, dicha posición se ha tomado como una especie de dogma que permite a importantes dirigentes conservadores alejarse de su militancia activa, para presentarse solo a reuniones esporádicas de "reingienería del partido" que solo sirven para mostrar una foto de unión conservadora al mejor estilo de la banda del Titanic, para luego cada uno salir a lamentar la situación deplorable en la que se encuentra el otrora glorioso de la moral cristiana y el orden. 
La dirección nacional ya ni siquiera entiende el impacto que tienen sus declaraciones en la política colombiana,  y su vocero oficial tiene que negar con firmeza posiciones que él mismo había asumido y hecho públicas pocos días antes, tal como ocurrió con la anunciada visita a la cárcel de La Picota, para celebrar la navidad con nuestros copartidarios. Después de un enérgico comunicado del expresidente Pastrana contra dicha visita, salió el Senador Cepeda muy molesto a decir que ese acto quedaba desautorizado. Es decir, Cepeda desautoriza públicamente a... Cepeda.
El Partido Conservador no tiene hoy un programa definido en lo nacional, departamental, municipal y local, y los alcaldes conservadores deben su triunfo no al partido sino a la fracción del mismo que haya decidido apoyarlos. Además, muchos alcaldes y gobernadores hoy en ejercicio ganaron las elecciones avalados por movimientos y partidos diferentes, pues su fracción no aceptó las reglas del juego que imponen los estatutos, como por ejemplo la Consulta Popular o el Congreso del partido.
Por otra parte, el Directorio Nacional Conservador no es hoy más que una sede histórica en el barrio La Soledad y una Presidencia que se turnan los buenos amigos respetando la cordialidad del "siga usted, después de usted". Me iba a atrever a decir que hoy militábamos en un partido virtual, pero acabo de tratar de ingresar a nuestra página web y me aparece "Default page". Resulta que la página de internet ya no es la tradicional "partidoconservador.com" sino "www.somosconservadores.org". Imagino que este cambio es evidencia del reconocer que pocos creen que el partido sea conservador y la mejor forma de demostrar que sí, es... cambiando la url.
No todo es oscuro, pues hay una nueva generación de jóvenes conservadores que contra viento y marea se han abierto paso por esa maraña imbatible que aún es la cultura del clientelismo que reina en el partido. La dirigencia nacional ha optado por encargar a esa nueva generación la vicepresidencia del inerme Directorio Nacional pero aún no han entendido, como sí lo hizo el Partido Liberal, que las nuevas generaciones no están ahí para consentirlas y pedirles que griten vivas. Están ahí para asumir las riendas y salvar al partido!
Ojalá entendamos que un partido exitoso requiere nuevas generaciones que vivan para la política, para el servicio del bien común por encima de intereses particulares, y no politicastros cuyo personaje admirado es el famoso tartufo de Molière.
En la yaga: la Academia del Pensamiento Conservador y Humanista debería llamarse Carlos Martínez Simahan.